El uso de lentes de contacto en España es cada vez mayor. Estudios recientes nos indican que el 7,4% de la población española de 12 a 65 años usa habitualmente lentillas, lo que equivale a unos 2,5 millones de usuarios. Si nos remitimos a Andalucía, ese porcentaje de uso aumenta hasta llegar al 8,3%. A pesar de todo, todavía estamos muy lejos de los datos del resto de Europa y EE.UU. donde las cifras son mucho mayores.
Sin embargo, creo que todavía existen muchas dudas y “leyendas urbanas” respecto al uso y cuidado de las mismas.
En primer lugar, he de decir que la prescripción y seguimiento en una adaptación de lentes de contacto deben ser realizadas por un óptico-optometrista, que es el profesional responsable de la salud visual de estos pacientes. Esto hay que tenerlo en cuenta a la hora de, por ejemplo, adquirir unas lentillas por Internet o canales similares, donde no hay ningún tipo de control sanitario. Además, se recomienda acudir a nuestro contáctologo habitual, para una revisión de, al menos, una vez al año.
Las lentes de contacto son la mejor alternativa para la corrección de cualquier ametropía, como la miopía, la hipermetropía o el astigmatismo. Además, también nos ayuda a corregir la presbicia o vista cansada, defecto visual que aparece en torno a los 45 años.
- Dependiendo de la frecuencia de reemplazo, las lentes de contacto pueden ser desechables o convencionales:
– Desechables: pueden ser diarias, mensuales o trimestrales.
– Convencionales: no mas de 2 años o antes, si nos lo aconseja el profesional de la visión. Dentro de este tipo también pueden ser Permeables al gas, que son las también llamada lentes rígidas.
- Nos dan una serie de ventajas que las diferencian de las gafas:
– Mayor campo de visión.
– Mayor libertad de movimientos para practicar cualquier deporte o actividad al aire libre.
– Discreción en su uso si las comparamos con unas gafas.
– Nos permiten cambiar el color de nuestros ojos, en el caso de lentes cosméticas.
- Además, debemos aclarar algunas de los mitos que se dicen sobre ellas, y que no son ciertas:
– “No se pueden llevar muchas horas”. Los materiales de lentes de contacto han evolucionado mucho en los últimos años, lo que nos da mayor comodidad en el uso de lentillas, además de permitirnos más horas de uso. Existen incluso lentes de uso prolongado que nos permiten dormir con ellas hasta un mes.
– “ Con vista cansada no es posible su uso”. Pueden utilizarse para ver de lejos y cerca, porque también existen lentes progresivas, incluso progresivas con astigmatismo.
– “ En niños no es posible adaptarlas”. No existe una edad mínima para llevar lentes de contacto. Las usan muchos niños y adolescentes. El inicio de su uso depende más de la actitud y responsabilidad de la persona que de la edad.
En definitiva se trata de una opción cómoda y saludable para la corrección de la visión. También, es necesario un mantenimiento mínimo y riguroso para su correcta higiene y conservación y se aconseja usar además gafas de sol en días de mucho viento o extrema luminosidad.
Desde aquí quisiera dar unas recomendaciones para un correcto uso de las lentes de contacto. Es muy importante seguir los consejos de uso y mantenimiento que nos indique nuestro contactólogo.
– Debemos siempre lavar, enjuagar y secar las manos. Recomiendo el uso de jabón neutro.
– Hay que asegurarse que la lente está en posición correcta. Debemos mirar el perfil de la lente: si está en posición correcta tiene forma cóncava, si por el contrario estuviera al revés, los bordes estarían hacia fuera.
– Debemos usar siempre los productos de mantenimiento que nos aconseje nuestro profesional de la visión. Si vamos a usar otro producto debemos consultarlo antes con él/ella, ya que, en función del tipo de lente que usemos, se necesitarán unos u otros. En las lentes desechables diarias no necesitaremos ningún producto de mantenimiento, pues las tiraremos cuando nos las quitemos.
– No se aconseja alternar o mezclar diferentes productos de desinfección.
– Hay que desinfectar las lentes a diario para prevenir cualquier riesgo de infección y asegurar así un uso confortable y seguro.
– No debemos usar solución salina para conservar las lentes. Dicha solución salina no desinfecta.
– No se aconseja reutilizar la solución del estuche y debemos aclarar el mismo, al menos, una vez a la semana. También se debe sustituir por otro diferente al abrir un nuevo bote de solución.
– Si queremos evitar posibles roturas, al cerrar el estuche debemos asegurarnos que la lente esté en el fondo del mismo.
– Si la lente se deshidrata, recomiendo sumergirla en solución salina hasta que recupere su estado inicial.
– Si la lente se adhiere a una superficie, aplicar solución salina antes de intentar despegarla.
– Si notamos los ojos resecos debemos comentarlo al óptico y valorar la posibilidad de cambiar de material o bien usar lágrima artificial.
Aparte de todos estos consejos, ante cualquier duda o cuestión debemos SIEMPRE consultar a nuestro óptico-optometrista, que es el profesional de la visión que nos realiza el seguimiento adecuado y el que nos dará el asesoramiento personalizado que necesitamos.
Alberto Talero
Delegado en Málaga del Colegio Oficial de Ópticos-Optometristas de Andalucía
Publicado en coooa.wordpress.com/2014/01/09/recomendaciones-en-el-uso-de-lentes-de-contacto/