El valor de una visión saludable: más allá de la agudeza visual

A menudo llegan a nuestras ópticas pacientes que refieren ‘no ver bien’, realizamos una refracción a través de autorrefractómetro, retinoscopia, subjetivo, etc. y observamos que no necesita graduación o que, a pesar de llevar la graduación correcta, no mejora.

Muchos de ellos no se refieren a la cantidad, sino a la calidad de su visión. Tienen una agudeza visual estupenda, pero su visión no es estable. Puede que a veces su refracción cambie a lo largo del día, que les aumente la miopía en época de exámenes u oposiciones, por trabajo, que se mareen al llevar la graduación correcta, tengan visión borrosa momentánea o que les duela la cabeza tras hacer tareas visuales.

Todos estos síntomas nos dan pistas de que, quizás, necesita una evaluación optométrica más completa donde se evalúen movimientos oculares, vergencias en lejos y cerca, fusión plana, estereopsis, agudeza visual en binocular, flexibilidad acomodativa, amplitud de acomodación, etc.

Pero, ¿cómo puede afectar un problema visual en su día a día?

  • Acomodación. Se debe valorar independientemente de la edad del sujeto. A menudo encontraremos pacientes cuya acomodación está disminuida y esto le causa dolores de cabeza, visión borrosa en cerca o en lejos tras realizar tareas de cerca, lentitud al copiar de la pizarra o cambiar el enfoque.
  • Vergencias. Muchos pacientes tienen poca amplitud vergencial y esto les provoca mucho cansancio ocular, desviación de uno de los ojos cuando están cansados, picor de ojos y molestias en lejos y/o cerca. Esta habilidad visual está íntimamente relacionada con la acomodación en cuanto a la convergencia por la sinergia que existe y con la coordinación ocular.
  • Binocularidad. Y no nos referimos solo a casos de estrabismo y/o ambliopía, sino a problemas binoculares no estrábicos que pueden dar como resultado visión doble en momentos puntuales, supresión de uno de los ojos y, por tanto, falta de visión en profundidad. Personas con dificultades en esta área pueden percibirse como ‘torpes’, ya que el cálculo de distancias también puede estar afectado.
  • Movimientos oculares: sacádicos, seguimientos y de fijación. Mediante este pequeño test podemos detectar diferentes problemas visuales, especialmente en población infantil donde el rendimiento escolar es bajo, sobre todo en la lectura. Dificultades en esta área hacen que el paciente se pierda al leer, tenga bajo rendimiento en deportes, necesite el dedo para no perderse en la lectura o tenga baja comprensión lectora.

La detección de problemas visuales más allá de la agudeza visual es clave en muchos casos en los que la calidad del paciente se ve disminuida. Por ello es clave la colaboración interdisciplinar entre profesionales y entre compañeros por el bien del paciente.

Un examen optométrico completo es esencial para garantizar un buen funcionamiento de nuestro sistema visual. Además, nos permite mejorar nuestra calidad de vida al obtener una visión clara y cómoda en nuestras actividades diarias. No subestimes el poder de una evaluación optométrica exhaustiva, ¡tu visión te lo agradecerá!

Laura Romero Montaño, óptico-optometrista. Colegiada n21551.

Publicado en coooaoptometria.com/2023/06/01/el-valor-de-una-vision-saludable-mas-alla-de-la-agudeza-visual/