En la Comunidad Valenciana se estima que unas 200 mil personas sufren glaucoma aunque la mitad lo desconocen.
Los enfermos de glaucoma no presentan síntomas, ni dolor alguno en las fases iniciales de la enfermedad; por eso se le conoce como “el ladrón silencioso de la vista”. Sin embargo, se va perdiendo la visión de manera progresiva e imperceptible y cuando se detecta, en la mayoría de los casos ya ha dañado de forma irreparable el nervio óptico. “La ausencia de sintomatología hace que la detección sea casual en un alto porcentaje de los casos tras una visita rutinaria al óptico-optometrista, y en otras ocasiones, los pacientes acuden demasiado tarde, cuando perciben alteraciones en su campo visual y ya se han producido lesiones severas, que son irreversibles”, explica Andrés Gené, presidente del Colegio de Ópticos Optometristas de la Comunitat Valenciana, que recuerda que “las revisiones son fundamentales para detectar el glaucoma a tiempo, ya que por el momento no existe una cura a esta enfermedad, pero sí que hay tratamientos médicos muy efectivos que consiguen frenarla”.
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